Érase una vez tres acordes...
Toda persona tiene que enfrentarse, tarde o temprano, a su destino. A José Luis Lebowski Díaz el destino le asaltó en forma de pregunta:
- ¿No crees que ya va siendo hora de que montes una banda de blues?
Esa pregunta había obsesionado a José Luis durante años. Ésa, y también “¿dónde coño están mis gafas?”, pero esa pregunta tiene menos interés. Vocalista y armonicista, el blues corría por sus venas, junto con cantidades importantes de alcohol y bastante colesterol (del bueno).
Y detrás de la pregunta estaba Javi Benson Repiso, guitarrista de tantos recursos como entusiasmo, y secuaz irreductible en las noches de jam session del Jazz Corner, cuna del proyecto. Así que José Luis decidió, espoleado por Javi, coger al toro por los cuernos y montar una banda de blues. Que ya iba siendo hora.
Ambos integrantes decidieron buscar un teclista. El problema es que es difícil encontrar un teclista que tenga la misma habilidad con los dos instrumentos esenciales en el blues: el piano y el órgano Hammond. La solución fue contar para el incipiente proyecto con Chema T-Rex Tornero, el hombre de las dos manos izquierdas, igualmente torpe con el piano y el Hammond.
Este núcleo forma el eje de Lebowski Blues Syndicate, donde se dedican a tocar lo que les gusta: blues clásico. Del delta del Mississippi a Chicago, estos ávidos consumidores de música empaquetada en 12 compases y aliñada con 3 acordes encuentran en el blues el vehículo perfecto para expresarse, divertirse y hacerse millonarios. Aunque por ahora se conforman con lo de divertirse.